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Las letanías: oraciones de súplica e intercesión

Origen de las letanías y su evolución


¿Qué son las letanías?

Las letanías son una forma de oración de intercesión que se remonta a la antigua sinagoga judía, donde se realizaba una oración compuesta por 18 bendiciones que enumeraban las diferentes categorías sociales de personas y las intenciones por las cuales se oraba. Esta oración se conocía como Shemoneh Esrei o Amidah.

Con la llegada del cristianismo, esta forma de oración se adaptó para incluir a los santos y a la Virgen María como intercesores ante Dios. Los primeros Padres de la Iglesia, como San Clemente Romano y San Policarpo, escribieron oraciones de intercesión similares a las letanías.

A lo largo de los siglos, las letanías evolucionaron y se adaptaron a las necesidades de la Iglesia. Se crearon letanías específicas para diferentes advocaciones de la Virgen, como las Letanías Lauretanas, que se popularizaron en el santuario de Loreto y fueron aprobadas para su uso en toda la Iglesia por el papa Sixto V en 1587.

Hoy en día, las letanías son una parte importante de la oración litúrgica y devocional en la Iglesia católica, y se utilizan como una forma de pedir la intercesión de los santos y la Virgen María ante Dios.

Letanías a la Virgen y su aprobación por el papa Sixto V

Las Letanías a la Virgen son una forma de oración litánica que se dirige a la Madre de Dios como intercesora ante Dios. Esta forma de oración se desarrolló en la Edad Media y ha evolucionado a lo largo de los siglos para incluir diversas advocaciones marianas.

La forma más antigua conocida de las Letanías a la Virgen es la que se encuentra en un Misal de Maguncia del siglo XII, aunque existieron varias recensiones a lo largo de los siglos. La versión actualmente utilizada en la Iglesia católica se conoce como las Letanías Lauretanas, que reciben su nombre por el santuario mariano de Loreto, donde se popularizaron.

Las Letanías Lauretanas fueron aprobadas para su uso en toda la Iglesia por el papa Sixto V en 1587. Esta aprobación se debió en parte a la creciente devoción a la Virgen María en esa época, así como al deseo de establecer una forma unificada de oración litánica en toda la Iglesia.

Las Letanías Lauretanas constan de una serie de invocaciones a la Virgen, seguidas por la respuesta "Ruega por nosotros". En total, hay 51 invocaciones, que incluyen títulos como "Madre de la Divina Gracia", "Reina de los Patriarcas" y "Refugio de los pecadores".

Hoy en día, las Letanías Lauretanas son una parte importante de la oración litúrgica y devocional en la Iglesia católica, y se utilizan como una forma de pedir la intercesión de la Virgen María ante Dios.

Otras letanías: de los Santos, del Sagrado Corazón de Jesús, del Santísimo Nombre de Jesús, de San José, etc.

Letanía de los Santos: Esta letanía es una oración litánica que invoca a una gran cantidad de santos y mártires de la Iglesia católica, pidiéndoles que oren por nosotros. Comienza con una invocación al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, seguida por una lista de santos que incluye a los apóstoles, mártires, vírgenes, doctores de la Iglesia y otros santos importantes.

Letanía del Sagrado Corazón de Jesús: Esta letanía se centra en el Corazón de Jesús, invocando diferentes aspectos de su amor y su misericordia. Comienza con una invocación al Corazón de Jesús, seguida por una lista de invocaciones que incluyen "Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen María" y "Corazón de Jesús, fuente de toda consolación".

Letanía del Santísimo Nombre de Jesús: Esta letanía es una oración litánica que invoca el poder y la gracia del nombre de Jesús. Comienza con una invocación al nombre de Jesús, seguida por una lista de invocaciones que incluyen "Jesús, Salvador del mundo" y "Jesús, Hijo del Dios vivo".

Letanía de San José: Esta letanía se centra en San José, el esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús. Invoca diferentes aspectos de la vida y la devoción de San José, incluyendo "San José, esposo virginal de la Madre de Dios" y "San José, protector de la Sagrada Familia".

Estas letanías, al igual que las Letanías a la Virgen, son oraciones de súplica e intercesión que se utilizan en la oración litúrgica y devocional en la Iglesia católica. Cada una de ellas tiene su propio enfoque y propósito específico, pero todas comparten el deseo de pedir la intercesión de Dios y de los santos en nuestras vidas.

LETANÍAS LAURETANAS A LA VIRGEN MARÍA

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los ángeles,
Reina de los patriarcas,
Reina de los profetas,
Reina de los apóstoles,
Reina de los mártires,
Reina de los confesores,
Reina de las vírgenes,
Reina de todos los santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta al cielo,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oh Dios, que has querido que tu Verbo se encarnara en las entrañas de la bienaventurada Virgen María por obra del Espíritu Santo, concédenos, por su intercesión, que merezcamos ser hechos partícipes de la divinidad de Aquel que ha venido a revelarnos como nuestros hermanos. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LETANÍAS A SAN JOSÉ

Señor, ten piedad de nosotros, (se repite)
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos

Dios Padre celestial, (ten piedad de nosotros)
Dios Hijo redentor,
Dios espíritu Santo,

Santa María, (ruega por nosotros)
San José, descendiente de David,
Luz de los patriarcas,
Esposo de la Madre de Dios,
Casto Custodio de la Virgen,
Padre nutricio del Hijo de Dios,
Diligente defensor de Cristo,
Jefe de la sagrada familia,
José justísimo,
José castísimo,
José prudentísimo,
José fortísimo,
José fidelísimo,
Espejo de paciencia,
Amador de la pobreza,
Modelo de los obreros,
Gloria de la vida doméstica,
Custodio e las vírgenes,
Sostén de las familias,
Consuelo de los miserables,
Esperanza de los enfermos,
Patrono de los moribundos,
Terror de los demonios,
Protector de la santa Iglesia,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros

V. Lo hizo dueño de su casa
R. Y el gobernador de todos sus dominios

Oración

Oh Dios,
que con inefable providencia
elegiste al bienaventurado José esposo de tu madre,
te rogamos que nos concedas
tener por intercesor en el Cielo
a quien veneramos por protector en la tierra.
Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.